quedo extraviado por algún camino.
Y a través del cristal de su ventana,
su mirada presiente el cruel olvido.
Se torna el horizonte áspero y seco
siente que va cayendo en hondo abismo,
y a lo lejos aun escucha el eco,
de esa voz que aprisiona los sentidos.
Y pasmada quedo, ante el desengaño
y absorta en aquel brazo que se alzaba,
que con gran saña, colérico, empeñado,
su grande y puro amor asesinaba.
Un grito agudo rompe sus entrañas
y en su pecho se ahoga un llanto mudo,
y un sabor que sus claros días amarga,
va bañando lo bello de su mundo.
No comprende porque si es que dio tanto,
son heridas el pago a un gran cariño,
y un corazón sangrante y lastimado,
no encuentra en derredor ningún alivio.
Y atrapada entre gélida neblina,
en el dolor, la confusión y el frío,
el agua transparente de su alma,
no encuentra el cauce que la lleve al río.